domingo, 15 de abril de 2012

Y utilizaron la luz: Caravaggio (1 de 3)


En los tres siguientes post voy a tratar la luz y su uso en la pintura, la escultura y la arquitectura.

La obra elegida en pintura es La vocación de San Mateo de Caravaggio. La composición de este cuadro está organizada por la luz: en primer lugar el haz de luz que cae y por otra parte los dos grupos de personas. Lo más característico de esta pintura es el la luz que cae desde la derecha, que es una clara alusión a la iluminación divina, a la elección de San Mateo. De hecho el foco de luz y la mano de Jesús “señalan” en la misma dirección: hacia el apóstol.

En el lienzo hay una ventana que por el contrario a lo que se esperaría, no ilumina, lo que le da más importancia a la luz ya descrita. Como curiosidad cabe decir que esta es la única obra en la que el pintor Barroco derrama su luz desde la derecha.

Caravaggio tenía una concepción del movimiento a partir de la luz, y esto lo podemos observar en como San Pedro se inclina hacia delante señalando a Mateo (aunque no tan firmemente como Jesús). Otra de las muestras del movimiento luminoso que utiliza el artista es en el joven que está de espaldas, inclinándose hacia quienes han entrado en la habitación. Y por último, en cómo se señala San Mateo a sí mismo.

El artista italiano también utiliza la luz para remarcar los gestos y la actitud de los presentes en la escena. Se advierte sorpresa (en el evangelista y en el joven que está apoyado en él) plasmada con gran luminosidad, interés (en el joven que está de espaldas) e indiferencia (en el anciano de las gafas con la mitad de la cara en sombra). Aunque el gesto que quiero destacar es el del joven a la izquierda de la mesa. En él se ve tristeza, introspección, quizás pensando: “¿Qué estoy haciendo con mi vida?”. Y es que se enfatiza gracias a la penumbra que hay en su cara. Esta sombra (al igual que la del anciano) puede representar la ceguera del dinero o el hombre desvirtuado. Este juego de luces y sombras dota al cuadro de un gran dramatismo.

Otro aspecto llamativo es la iluminación que reciben Jesús y San Pedro, que deberían estar en la sombra. Esto se explica por la disposición de la iglesia de San Luis de los Franceses (Roma). La pintura se encuentra a la izquierda de la entrada en una capilla, la cual está iluminada por una ventana a la derecha, en la parte superior de la pared del altar. Aquí el genio no sólo incluye la luz propia de la escena, sino que además le suma el foco de luz que supone una ventana real.

Por último quiero señalar (aunque no referido a la luz) cómo Caravaggio separa en dos grupos la imagen, sobre todo con dos tipos de vestimentas, las prendas contemporáneas y las túnicas bíblicas. La existencia de estos dos grupos hace más chocante la elección de San Mateo, casi como un milagro, algo espectacular y teatral. Probablemente el joven que se encuentra de espaldas estará pensando: “mira esos que vienen con túnicas”.

http://www.manuelbarriosprieto.com/2011/07/el-momento-de-la-gracia-caravaggio-y-la.html

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